Laura me dijo :
-Voy a recoger unas cosas al pueblo, ¿te vienes?
Yo le conteste:
-No, me voy a quedar aquí un rato, ya sabes que me gusta estar al lado del río componiendo canciones, el agua me relaja y me inspira.
Ella me besó y me susurro:
- ya lo sé, no se ni para que pregunto
Se rió y se fue. Después de un buen rato, disipé un papel viejo y sucio. Me levante para cogerlo y... No lo podía creer. Era imposible, no...
La reina está durmiendo, Alcestes la vigila.
Despechado y cruel, le quitará la vida.
El cuarto está en silencio. La sombra se aproxima.
Grita y nadie la oye. Se apagó susonrisa.
Se apaga ya su voz. La noche está maldita.
Alcestes llama a Larson, el allí se presenta.
El asesino da instrucciones
El complice obedece,
Deja a la reina en el acantilado, y el pueblo yace en paz.
La mañana siguiente, el pueblo alborotado está.
El rey lleno de ira, tristeza y melancolía
Llama al asesino, ciego de ira el rey
Pregunta al mismísimo asesino quien fue.
Y el muy despechado y cruel acusó
Al pobre de Brabante el trovador.
Deja todo lo que tiene
Para salvar a los que quiere.
Llega el día, llega la muerte,
Y el joven Brabante
Muere dejando el reino,
A manos del cruel Alcestes
Brabante
Después de leerlo, solté la hoja, cogí mi laud y me fui corriendo al reino. No se lo conté a nadie. Ni siquiera a mi esposa y amada Laura. Nunca volví a ver esa hoja escrita por mi padre.